La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como el “estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente como la ausencia de enfermedad o invalidez”, mientras que Hernán San Martín define a salud como un estado variable fisiológico-ecológico de equilibrio y de adaptación de todas las potencialidades humanas (biológicas, psicológicas y sociales) frente a su ambiente.
Entendiendo que éste tiene factores físicos, biológicos y sociales que cambian constantemente, por ejemplo la temperatura. En condiciones normales, el ser humano se caracteriza por tener su temperatura interior constante, entre 36.5 y 37 °C, si la temperatura ambiental desciende más allá de los 10°C, se contraen los músculos erectores del pelo (piel de gallina) para disminuir la pérdida de calor y el individuo empieza a temblar porque sus músculos se contraen para producir más calor.
Con este cambio fisiológico, el individuo se adapta al ambiente y se mantiene en equilibrio. Psicológicamente, el individuo debe sentirse bien consigo mismo y con su grupo social y tratar de resolver sus problemas. Socialmente, debe vivir en armonía con sus semejantes y satisfacer necesidades básicas tales como trabajo, vivienda, nutrición y ropa adecuada, educación y recreación.
La salud y la enfermedad dependen de muchos factores que incluyen la herencia, la influencia del ambiente de la madre sobre el feto durante el embarazo (la nutrición, infecciones, medicamentos, etc.) y las influencias externas que empiezan desde el nacimiento.

Higashida, B. Y. (2005). Proceso de salud y enfermedad; en educación para la salud, México, Mc Graw Hill, 2da. Edición
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